Por lo general soy un poco escéptico en lo que se refiere a temas de arte. Supongo que, en parte, esto se debe a que vivo en una ciudad llena de artistas arrogantes, de los cuales, en mi opinión, solo unos pocos deberían autodenominar su trabajo como arte.
El problema con esto es que como se basa en gustos y opiniones, pues todo es un poco ambiguo, y en cuanto algo no te guste o no le encuentres sentido, en seguida te tachan de ignorante.
Por eso cuado descubro algo que si que me gusta, mi satisfacción es doble.
Eso me pasó cuando vi por primera vez las esculturas de Ron Mueck.
Australiano afincado en Londres e hijo de fabricantes de juguetes (mi sueño de la infancia).
En seguida encontró trabajo en programas televisivos infantiles donde estuvo 15 años para pasar a dedicarse a los efectos especiales de películas como "Labyrinth" (Dentro del Laberinto) con David Bowie.
Supongo que mi afición desde pequeño a los muñecos y a las figuritas es lo que me hace apreciar tanto el arte de este hombre, que por cierto me recuerda un poco a los catafalcos de las Fallas...
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