Como ya sabréis, los fármacos genéricos son aquellos que pese a tener la misma composición que los de “marca” son mucho más baratos.
El mayor problema originado por éstos medicamentos lo padecen las grandes farmacéuticas al perder parte de sus ingresos frente a la venta de medicamentos genéricos.
Se puede decir que es como lo de la venta de CDs piratas, pero la diferencia es que el que no se puede comprar el CD original se muere.
Por poner un ejemplo, un fabricante de genéricos de la India, recibió una carta de Glaxo en la que la compañía inglesa les advertía que la venta de genéricos constituía una "infracción de nuestros derechos exclusivos de patente".
Los genéricos implicados en el caso, de igual composición, se usaban para tratar a portadores del VIH.
El precio del tratamiento de un solo paciente pasó de 2.740 Euros al año a 290 gracias a los genéricos.
La problemática llega con la inclusión de patentes en los medicamentos, lo que impide el acceso de pacientes con escasos recursos a fármacos genéricos.
En Brasil, si el tratamiento para el VIH se hubiese limitado a antirretrovirales fabricados por empresas extranjeras, el precio del tratamiento anual per cápita habría pasado de 3.300 Euros a los 12.500 que cuesta en Nueva York el mismo tratamiento. Lo que quiere decir que se puede tratar a cuatro veces más pacientes gracias a los genéricos.
En África el problema es mayor, porque de los alrededor de 30 millones de afectados por el VIH (3 cuartas partes del total mundial) 4.1 millones necesitan tratamiento, de los cuales solo entre 50 y 75 mil tienen acceso a los medicamentos.
Crios africanos pasándolo de arte con el cámara.
Las farmacéuticas alegan que si se extiende el uso de genéricos no podrán sacar beneficios por lo que las investigaciones sobre nuevos medicamentos se verán interrumpidas.
La verdad es bien distinta, ya que las ventas en África constituyen para las grandes farmacéuticas el 1% de los beneficios mundiales, que ascienden anualmente a 400 mil millones de dólares, unos 332 mil millones de Euros.
Es difícil creer que con esas ganancias puedan llegar a arruinarse por la venta en África de los llamados genéricos, muy difícil.
En Agosto de 2003, la OMC (Organización Mundial del Comercio) anunció un nuevo acuerdo sobre patentes de medicamentos que permitiría a países pobres el derecho a importar medicamentos genéricos.
Ante ésta noticia, los grupos africanos afectados aceptaron el plan como un inmenso avance, en especial si se lograba que más países suspendiesen sus protecciones a las patentes en la exportación de medicamentos genéricos a países necesitados.
Pero parece que el acuerdo no iba a cuajar: Estados Unidos, presionado por las farmacéuticas, había logrado la inclusión de tantas condiciones al acuerdo, que éste pasó de 52 palabras a un laberinto legal de 3.200. Todo esto pese a las, aparentemente, amables palabras de Bush durante el informe empresarial de Enero del mismo año: "Rara vez ha ofrecido la historia una oportunidad tan grande de hacer tanto por tantos".
Él mismo puso a la dirección de su iniciativa global contra el Sida a un alto cargo de las grandes farmacéuticas. ¿Sospechoso?
Gracias a la presión de prestigiosas ONGs como la Oxfam inglesa, Glaxo se vio obligada a anunciar una reducción en los precios de tratamientos contra el VIH del 85%. Otras compañías se vieron forzadas a anunciar también reducciones en sus precios. Veremos si lo cumplen.
Si queréis algo más de información sobre el tema, es fácil encontrar algún texto en Internet. Además, hace poco, ha salido una película llamada en España "El jardinero fiel" que recomiendo os interese o no el asunto de las farmacéuticas.
Muy buena película, se os van a escapar unas lagrimitas casi seguro, pero merece la pena...
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