Volviendo de una linda isla en Malasia, llamada Pangkor, nos metimos en la boca del lobo.
El monzón hizo que ciertas zonas del Norte se inundaran.
Aunque no lo parezca, vamos en un autocar. Lo que pasa es que los conductores se arriesgaban mucho y el autocar iba inundado hasta 1 metro de altura.
La mochila de Tony, que estaba abajo en el maletero, acabó empapadita junto a todo lo que llevaba.
La gente debía estar acostumbrada porque parecía que hacían su vida normal.
Y los niños, como siempre, parecían disfrutar de lo lindo.
Ahí una foto de unos monjes en Bangkok.
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