Menudo titular ¿eh?
Pues sí, ésa es a conclusión a la que he llegado después de algún tiempo dándole vueltas a la idea.
La verdad es que no le he tenido que dar muchas vueltas, con calcular las horas que dedicamos al día a hacer cosas que no disfrutas o que no harías si no tuviésemos la obligación de hacerlas, la susodicha conclusión viene a la mente de manera instantánea.
Vendemos nuestro tiempo, nuestras habilidades y el esfuerzo que realizamos con nuestro cuerpo y nuestra cabecita…
Echas 8 horas al día a las que hay que sumar 2 o más para ir, venir etc…
Llegas a casa molido y el resto del día no haces mas que gandulear (¡ojo, esto no está mal!).
¿Qué queda? Pues unas horas para cenar, otras para dormir y se acabó.
Luego los fines de semana a salir a saco porque si no sientes que solo te dedicas a trabajar, y el lunes a contar los días que quedan para el viernes siguiente.
Todo esto con la sensación de que algo te espera en el futuro y de que todo va a cambiar. Como si lo que estuvieses haciendo lo hicieses de manera temporal y cuando te das cuenta llevas 6 años dejando rular tu culo por todos los directivos de una maldita empresa en la que puede que ni sepan como te llamas o lo que haces allí.
No tienes tiempo para disfrutarlo con amigos, los hijos, las aficiones, a desarrollar ideas o a la contemplación.
¿Cuántos de nosotros serían artistas? ¿O genios científicos? ¿O grandes libertadores?, pero tenemos que trabajar. Alienarnos. Dejarnos anular por las ordenadas rutinas de las empresas.
Hay algunos trabajos que pagan de otra manera. Enseñando, ayudando a gente, viajando (otra vez el tío de Lonely Planet), o explotando tus aficiones. De esos hay pocos y los que hay se convierten en leyenda pronto.
Ian Wright, el capullo que se ha recorrido el mundo gracias al Lonely Planet.
Pero, reconozcámoslo, la inmensa mayoría curra de lo que ha podido.
Y luego tienen la poca vergüenza de prohibir la prostitución porque se considera una explotación del cuerpo. ¡Seríamos todos y todas ilegales!
Todo sube de manera exponencial menos tu sueldo. Sino mira los pisos.
Cuanto menos tienes más te intentan joder.
Valgan un par de ejemplos reales:
1. Vas a la carnicería y si te gastas más de 40 Euros te regalan una tarrina de paté.
Si te gastas 10 te regalan los buenos días.
2. Si no tienes al menos 1.000 Euros en el banco, te cobran una comisión.
3. Los pisos de 300, 400, o más metros cuadrados salen por metro muchísimo más baratos que los demás. Los más pequeños son los que pueden llegar a 6.000 Euros el metro.
Y así un largo etcétera…
Que sepáis que nuestros primeros antepasados dedicaban 15 horas a la semana a proporcionarse comida, abrigo y cobijo. Nosotros dedicamos casi 3 veces más.
Que sí, que no tenían DVD, ni Internet, ni móviles Nokia, ni Golf... Pero como dicen en El Club de la Lucha: “Tus posesiones acabarán poseyéndote”. ¿O no?, pues eso…
Que somos putas.
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